domingo, 13 de noviembre de 2011

Estado español: Un articulo de R. Manzanares sobre el libro "FRAP, una temporada en España" de Riccardo Gualino.



RICCARDO GUALINO: “EL FRAP  ESTABA NECESARIAMENTE DESTINADO A LA LUCHA ARMADA


Por R. Manzanares

 El pasado 7 de Noviembre se presentó en la librería Traficantes de Sueños de Madrid el libro “FRAP Una temporada en España” de Riccardo Gualino (1) con la presencia del autor.

   Aunque en el prólogo del libro Riccardo Gualino muestra una actitud pesimista en cuanto a su reflexión sobre la situación de los comunistas en la actualidad al escribir frases como “nuestra generación de comunistas es una generación de vencidos...todos hemos sido derrotados. Ninguno de nosotros ha alcanzado ni siquiera en mínima medida, los objetivos que se había prefijado... podemos decir que somos unos derrotados” (2), no obstante Gualino, al final de la obra, imprime una bocanada de aire más optimista para afirmar que hoy “la lucha asume formas diferentes pero no desaparece. Tengo que decir que me siento parte del mundo actual y de sus luchas---teníamos grandes ideales  y objetivos y que, contrariamente a lo que hoy se sostiene, esos ideales eran realizables. (...) Existía una alternativa y ha sido aplastada. Hay que hacerla revivir y que sea posible. Es tarea de las futuras generaciones y, quizás, de la joven generación de hoy, el abrir el camino” (3)

     Nacido en la capital italiana, Riccardo Gualino a la edad de 20 años llegó a España en 1961 en plena dictadura fascista. Un país, en el que, según el autor “ existían grandes contrastes y diferencias sociales... aquí dichos contrastes adquirían forma de laceraciones, de heridas muy concretas, porque no se trataba, simplemente, de la herencia de un pasado lejano, de la cristalización de antiguas estratificaciones o del peso de una tradición opresiva y momificada. Aquí constaba un dato histórico y puntual: una violencia infligida a la sociedad, una guerra combatida por los ricos en contra de los pobres, una atroz masacre de un sector que se impuso con las fuerza de las armas. El fantasma de aquel gran evento, de las grandes esperanzas que agitaron al país y de cómo fueron sofocadas en sangre, estaba presente y se sentía por todas partes, a pesar de los esfuerzos para exorcizarlo”  (4).

   Un año después inicia estudios en la Facultad de Ciencias Políticas y Económicas de la Universidad de Madrid. Toma conciencia política y se integra en la Federación Universitaria Democrática Española (FUDE) y en el Partido Comunista de España (PCE), partido en el que entonces ya comenzaban a gestarse discrepancias por parte de un sector de militantes con la política de reconciliación nacional que la dirección del equipo Carrillo-Ibárruri venía implementando  desde los años 50. A estas discrepancias se sumaban las simpatías de dichos militantes comunistas con las posiciones marxistas-leninistas que defendían el Partido Comunista de China encabezado por Mao Tsetung y el Partido del Trabajo de Albania frente a las tesis  revisionistas en el seno del Movimiento Comunista Internacional que preconizaban los renegados dirigentes soviéticos con Jruschov al frente. Gualino abandona el PCE y se incorpora junto con otros camaradas a Proletario, grupo escindido del PCE surgido a principios de 1964 y que, junto con otros tres grupos marxistas-leninistas nacidos por aquellas mismas fechas como respuesta a la línea revisionista de Carrillo-Ibárruri, y que eran conocidos por los nombre de sus órganos de expresión (”La Chispa”, “Mundo Obrero Revolucionario” y “España Democrática”) constituirán en octubre de 1964 el Partido Comunista de España (marxista-leninista) [PCE (m-l)], cuyos militantes serán calificados como “prochinos” dada su afinidad político-ideológica con el Partido Comunista de China y con Mao Tsetung.

    Pocos meses después, en marzo de 1965 Riccardo Gualino es detenido tras recibir un disparo en la cara por un guardia civil cuando repartía octavillas entre los obreros de la fábrica de Construcciones Aeronáuticas de Villaverde-Getafe en las que se convocaba a una manifestación antifascista en Madrid. Condenado por el fascista Tribunal de Orden Público (TOP) a 3 años y 3 meses de prisión y 25.000 pesetas de multa por los “delitos” de “asociación ilícita”, “propaganda ilegal” y “conducción de vehículo con matrícula falsa”, estuvo encarcelado hasta finales de 1968, años en prisión que relata extensamente en su libro.

    Al salir en libertad, con una orden de expulsión de España, regresa a Italia donde vuelve a tomar contacto con sus camaradas del PCE (m-l). Poco después será el PCE (m-l) -partido que se orientaba ideológicamente por el marxismo-leninismo-pensamiento Mao Tsetung- quien promoverá la creación junto con otras organizaciones antifascistas de un frente de lucha revolucionario para agrupar a  la clase obrera y a amplios sectores de las masas populares contra el fascismo y rechazando la alternativa conciliadora y pactista promovida por el grupo de Carrillo-Ibárruri.

   “En las primeras elaboraciones del PCE (m-l), en el momento de su fundación, -escribe Riccardo Gualino en su libro- había un punto muy significativo: la creación de un frente democrático revolucionario. Se trataba de una cuestión de principio que indicaba que nuestro objetivo era formar una amplia coalición de fuerzas políticas para derrocar al fascismo. Álvarez del Vayo, por su parte, dio vida a un Frente Español de Liberación Nacional, FELN, que aglutinaba fuerzas de la izquierda socialista.

   Las movilizaciones en contra de las penas de muerte del proceso de Burgos crearon las condiciones para que estas fuerzas se dieran el objetivo de la formación del FRAP. El PCE (m-l) contribuía con una serie de organizaciones de masas, que en parte ya existían antes de su fundación.” (5)  “El FRAP era una organización, una estructura, construida sobre el modelo de los frentes de liberación nacional... Era la unidad contra el fascismo, la unidad, el espíritu unitario antifascista, la unidad contra la represión y por las libertades democráticas, lo que lo justificaba... El FRAP, además, aún siendo la política su razón de ser, estaba destinado necesariamente a la lucha armada. La acción armada, la lucha armada contra el fascismo, era la salida necesaria del FRAP.” (6)

  Surgió así en enero de 1971 el  Comité pro-Frente Revolucionario Antifascista y Patriota (FRAP) en torno a seis puntos programáticos:

1. Derrocar la dictadura fascista y expulsar al imperialismo yanqui mediante la lucha revolucionaria

2. Establecimiento de una República Popular y Federativa que garantice las libertades democráticas y los derechos para las minorías nacionales.

3. Nacionalización de los bienes monopolísticos y confiscación de los bienes de la oligarquía.

4. Profunda reforma agraria, sobre la base de la confiscación de los grandes latifundios.

5. Liquidación de los restos del colonialismo español.

6. Formación de un Ejército al servicio del pueblo.

   Comenzaba así la historia del FRAP, en el cual Ricardo Gualino, al ser designado  poco después miembro del Comité Central del PCE (m-l), trabaja intensamente para desarrollar el trabajo en Europa de apoyo y solidaridad con el PCE (m-l) y los distintos Comités y Juntas pro-FRAP que en España van surgiendo a lo largo y ancho de su geografía no sólo en las grandes capitales de provincia (como Madrid, Barcelona Valencia, Bilbao, Málaga, Valladolid, Zaragoza, Las Palmas de Gran Canaria, etc.) sino también en localidades pequeñas (como Elche, Aranjuez, Motril, Talavera de la Reina, etc.) al igual que entre los emigrantes en diversos países (Francia, Alemania, Italia, Suiza, Holanda, Suecia, Inglaterra, Canadá,  etc.).

    El FRAP, además del PCE (m-l), estuvo integrado por varias organizaciones, en total más de una docena a lo largo de su ocho años historia,  como fueron el FELN dirigido por Julio Álvarez del Vayo, los Comités Antiimperialistas (CAI), la Juventud Comunista de España (marxista-leninista) [JCE (m-l)], la  Oposición Sindical Obrera (OSO), la Unión Popular del Campo (UPC),  la Federación Universitaria Democrática Española (FUDE), la Federación de Estudiantes Demócratas de Enseñanza Media (FEDEM), la Unión Popular de Mujeres (UPM), la Unión Popular de Artistas (UPA), la Unión Popular de Profesores Demócratas (UPPD), Nova Germanía, la Agencia de Prensa España Popular (APEP), el Fondo Unido de Solidaridad (FUS) y otras. 

     En el libro Riccardo Gualino relata sus experiencias y vivencias dentro del PCE (m-l) y del FRAP cuyos militantes y simpatizantes luchaban por unos ideales revolucionarios en unas dificilísimas condiciones de clandestinidad a causa de la feroz represión de la dictadura yanqui-franquista. “Infinitas noches insomnes, -describe Ricardo Gualino- acumuladas unas sobre otras y transcurridas con dificultad para hacer funcionar una decrépita y destartalada multicopista o para escribir con tinta simpática largos y detallados informes. A reunirse o a buscar lugares para la reunión, a convencer a las personas más diversas y a veces impensables, para colaborar de alguna manera con nuestra causa. Muchas eran las satisfacciones, pero también muchas las desilusiones, y no me refiero aquí a los abandonos o a las traiciones, que no faltaban, sino sobre todo a las dificultades que encontrábamos continuamente, que derivaban de la pobreza de nuestros medios con respecto a los de nuestros adversarios. Que los tenían con abundancia y con ellos nos bombardeaba por todos lados y despiadadamente nos combatía. Digo esto sin exageraciones.” (7). “Éramos conscientes de las dificultades de nuestra lucha. Conocíamos bien a Franco. Sabíamos que era un hombre sin sentimientos y capaz de cualquier cosa en contra nuestra”. (8) “No nos echábamos para atrás frente a las dificultades”.  (9)     

   A través de las páginas del libro, Riccardo Gualino hace un perfil  de un extenso número de sus camaradas de lucha, en su mayoría jóvenes. “Nuestro partido y el FRAP siempre fueron organizaciones muy jóvenes. La edad media de los militantes era inferior a los treinta años, la de los cuadros dirigentes de treinta y algo, con alguna excepción pocas. El hecho de que Álvarez del Vayo estuviera en el FRAP y asumiera su presidencia fue una bellísima excepción. Álvarez del Vayo tenía ochenta y cuatro años cuando murió [en 1975]”. (10)  “En realidad éramos unos jóvenes muy serios y sensatos, mucho más de lo que pudiera parecer a primera vista”. (11)

    Riccardo Gualino aporta una extensa información de su actividad política como dirigente del PCE (m-l) y el FRAP, su responsabilidad en la preparación clandestina del I Congreso del PCE (m-l) en la primavera de 1973; su actividad al frente del boletín en lengua italiana de la APEP (Agencia de Prensa España Popular); los sucesos del 1º de Mayo de 1973 en Madrid cuando en la manifestación convocada por el FRAP en Antón Martín un grupo de manifestantes acuchillaron a un inspector de policía de la siniestra  Brigada Político-Social (BPS) -la policía política de la dictadura-  que resultó muerto y varios más heridos, hecho que desató una  brutal represión policial sobre el FRAP por parte de la policía política del régimen yanqui-franquista.

    Los hombres y mujeres del PCE (m-l) y del FRAP que retrata en su libro Riccardo Gualiano, tanto en puestos de dirección como militantes de la base, muchos de los cuales fueron detenidos y torturados por policías de la feroz Brigada Político-Social (BPS) que dirigían Conesa,  Creix, González Pacheco (“Billy el Niño”), Yagüe  etc. Algunos no podrán narrar sus experiencias como lo ha hecho Riccardo Gualino porque fueron asesinados,  como el camarada Cipriano Martos al obligarle la Guardia Civil, tras ser detenido en Reus,  a beber el contenido de un cóctel molotov. Incluso tres de ellos, tras el inicio de las acciones armadas del FRAP contra la dictadura fascista en el verano de 1975, los inolvidables y siempre recordados camaradas José Luís Sánchez Bravo, Ramón García Sanz y Xose Humberto Baena Alonso, fueron fusilados por pelotones de policías armados y guardias civiles el 27 de septiembre de 1975.

       Riccardo Gualino regresará a España clandestinamente en 1976 y será nuevamente detenido en 1977 y 1978. Será precisamente en 1978 cuando los dirigentes del PCE (m-l) liquidarán y disolverán el FRAP al tiempo que el PCE (m-l) se unirá a las posiciones dogmato-revisionistas del dirigente albanés Hoxha y a sus ataques injustificados contra Mao Tsetung y el maoísmo. Riccardo Gualino permanecerá  en el PCE (m-l) hasta 1981.

    Un interesante libro, -un grano de arena según escribe Riccardo Gualino en el último párrafo de la obra- que sirve para conocer más de la historia del FRAP y de las organizaciones revolucionarias que lo conformaron y que se suma a algunos otros ya publicados también sobre el FRAP. (12)

     “El mundo actual es un desarrollo del mundo de ayer. Las luchas contemporáneas de los pueblos del mundo  contra el imperialismo y sus lacayos son una continuación y desarrollo de sus pasadas y largas luchas contra la opresión de clase, la opresión de los invasores extranjeros y el dominio colonial. Estudiar la historia mundial nos permitirá, al adquirir un conocimiento de todo el proceso de la historia mundial y haciendo uso de la experiencia histórica, comprender mejor los rasgos especiales de la situación mundial actual, prever la tendencia general, fortalecer nuestra confianza en la victoria del proletariado y el pueblo revolucionario y elevar nuestra conciencia de patriotismo e internacionalismo proletario” (13)


Notas

 1.Riccardo Gualino, FRAP Una Temporada en España, Ediciones Amargord, Madrid  2010.

2. Ibid., p. 20.

3. Ibid.,  p. 469, 470.

4. Ibid.,  p. 39.

5. Ibid.,  p. 289.

6. Ibíd.,  p. 389.

7. Ibid.,  p. 65.

8. Ibid.,  p. 313.

9. Ibid.,  p. 66.

10. Ibid.,  p. 287.

11. Ibid.,  p. 66.

12. Ver, por ejemplo, Equipo Adelvec, F.R.A.P. 27 de Septiembre de 1975, Ediciones

      Vanguardia Obrera, Madrid  1985; Tomás Pellicer, Grupo Armado, edición del

       autor, abril 2009; Luís Puicercús Vázquez, Propaganda ilegal. Itinerario de 

       prisiones 1972 – 1975, El Garaje Ediciones, Madrid, diciembre 2009.

13.  Shih Chun  “Por qué es necesario estudiar la historia mundial”. Pekín Informa,

       núm. 21, 26 Mayo 1972.

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