lunes, 31 de diciembre de 2012

A proposito del determinismo mecanicista. Un articulo de M. Alonso para Correo Vermello.



El determinismo en el pensamiento revolucionario es, sin duda, una herencia mecanicista de la ciencia del siglo XIX, cuya base filosófica era la metafisica. En realidad si vamos un poco mas alla es una cosmovision religiosa contraria al materialismo dialectico.
El determinismo se nos presenta como una ley absoluta por encima del planeta, de la especie humana y de la lucha de clases.
Sin embargo hay camaradas que lo defienden, confundiéndolo con la convicción del triunfo del Socialismo que tenemos los comunistas, algo, evidentemente muy distinto a una visión religiosa, opuesta a la realidad y sus condiciones objetivas.
Se afirma en un dicho árabe "que es mejor sentarse delante de la puerta a ver pasar el cadáver del enemigo", podemos deducir que el hombre o la mujer pueden comportarse como espectadores de la historia, de sus hechos, como si no fueran parte de ella y como si su decisión o posición no influyera o cambiara la misma.
"Tarde o temprano caerá la dictadura de la burguesía como cayó el feudalismo" parecen pensar también nuestros deterministas. "Evitemos la lucha pues las murallas caerán solas o las tumbaran siglos de erosión o viento", parece la conclusión de este disparate que pretende barrer el protagonismo de las masas en la historia.
¿Que revolucionarios son esos? ¡Estan en un serio error !
La convicción que tenemos los comunistas del triunfo del socialismo no tiene nada que ver con esa vision mecanicista, de un darwinismo vulgar, de lo inevitable de la historia.
En ningún texto de Marx o de Engels se afirma tal disparate, Mao no pararía de reírse ante tales doctos visionarios.
El MLM no es una verdad revelada, es la ideología científica del proletariado revolucionario desarrollada en toda su plenitud, en todas las áreas del pensamiento humano y fruto del mismo.
Tratar de disociar este pensamiento de su base material, la historia y  la lucha de clases, para convertirlo en una profecía seudo-religiosa, solo revela algo parecido a un mecanicismo de catecismo metafisico, en el que la dialéctica y la lucha de contrarios parecen quedar relegadas a una simple letanía en el que se envuelve la profecía determinista.
Nada en el universo permanece quieto y menos la materia, lo que no avanza retrocede y no hay "un plan maestro" fuera de la esfera religiosa, ni algo inmutable fuera de los delirios del dogma.
Las masas y solo las masas por medio de la lucha de clases hacen la historia y esta avanza o retrocede en función de lo acertado de las decisiones que se toman en la lucha en un periodo histórico y en el marco de un modo de producción concreto.
Dejar en manos del destino o de dioses nuestra liberación no es la cuestión. Se trata de forjar nuestro destino con nuestras propias manos.

M. Alonso

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