sábado, 31 de agosto de 2013

Editorial de REVOLUCION OBRERA organo de la UOC-MLM de Colombia.




“El tal paro nacional agrario no existe” fueron las palabras del baboso presidente Santos, desconociendo que las masas de proletarios y campesinos medios y pobres, durante los primeros siete días del Paro ya habían paralizado gran parte del país.

¡Más de 40 bloqueos en 21 de los 32 departamentos hacían sentir la rebeldía de los pobres del campo! “¡No hay paro nacional agrario!” dijo el lame suelas y payaso “Ministro Consejero para el Diálogo Social” Luís Eduardo Garzón, ocultando que decenas de miles de campesinos, proletarios, estudiantes y maestros, mediante bloqueos, combates y “cacerolazos” hacían sentir el rigor de su descontento y la existencia de un contundente Paro Nacional. Apoyado por las maromas engañosas de los bufones ex jefes vendeobreros Angelino y Luís Garzón, el Presidente Santos y todos sus Ministros, fieles representantes de los explotadores y sirvientes del imperialismo, pretendieron minimizar la indignación de los pobres del campo, que lanzados a la ruina y hastiados de mentiras y promesas politiqueras, dijeron ¡basta ya!, y se alzaron en huelga política directamente contra el Estado defensor de los intereses de los grandes capitalistas nacionales y extranjeros, y contra el Gobierno Santos ejecutor de su dictadura de clase contra el pueblo.
Utilizando los medios de comunicación a su servicio, los gobernantes pretendieron ocultar la magnitud de la confrontación, amedrentar y estigmatizar a los luchadores, pero tuvieron que tragarse sus estúpidas palabras y alevosos propósitos ante la evidencia de los hechos: ¡existe un gigantesco paro de los pobres del campo apoyado por sus hermanos proletarios de la ciudad,! Los tales “terroristas infiltrados” son los mismos agentes provocadores de la policía y sus perros amaestrados en lanzar gases, golpear y disparar contra las masas desarmadas. El Gobierno que con promesas y limosnas logró disuadir a los campesinos ricos, sobre todo a los cafeteros, calculaba que podía aplastar al movimiento campesino dividido, pero “el tiro le salió por la culata” pues obligó a los verdaderos trabajadores del campo a tomar las riendas de la lucha: campesinos medios y pobres cultivadores de papa, cebolla y arveja de Boyacá, Cundinamarca y Nariño, campesinos medios y pobres cultivadores de café del viejo Caldas y Huila, campesinos medios y pobres cultivadores de cacao de Santander, campesinos medios y pobres de Tolima, Cauca, Putumayo, Caquetá, Arauca y Casanare, pequeños y medianos productores de leche de Cundinamarca… acompañados de los proletarios agrícolas, han convertido importantes carreteras en hileras de barricadas de piedras, troncos y llantas incendiadas; han rodeado y bloqueado ciudades capitales como Florencia – Caquetá; han desafiado al Gobierno y el terror oficial de sus fuerzas represivas neutralizándolos con la fuerza de las masas; han ignorado los toques de queda en varias ciudades intermedias. Es la poderosa fuerza de los pobres del campo que saltan de nuevo al escenario de la lucha, haciendo oír su voz, después de casi treinta años de ser ignoradas sus aspiraciones y silenciadas por la guerra reaccionaria.

En tanto, las masas de trabajadores de las ciudades capitales han tomado a diario las principales vías convirtiendo la movilización permanente en la forma más efectiva de bloqueo en apoyo al paro de los pobres del campo. Es ésta una gigantesca Huelga Política de Masas contra las clases dominantes representadas en el Estado y en el Gobierno terrorista de Santos, a quien hicieron guardarse su arrogancia, obligándolo a negociar en medio del paro, los bloqueos y combates callejeros. Es ésta una ejemplar lucha, donde los valerosos pobres del campo han dado pruebas de heroísmo e iniciativa creadora para resistir las provocaciones y embates, de la policía, ejército y armada, desarrollado nuevas formas de defensa y de ataque. Han desplegado una ingeniosa lucha de masas parecida a la táctica guerrillera de evadir los combates donde sus fuerzas son débiles y retirarse para atacar nuevamente en otros puntos donde las fuerzas del enemigo son inferiores. La persistencia, tenacidad y arrojo de los pobres del campo, ha conquistado el respaldo de las masas de las ciudades quienes han acudido espontáneamente en su apoyo mediante multitudinarios “cacerolazos”. También han ganado el respaldo del proletariado revolucionario quien ya manifiesta su apoyo en la forma de huelgas de solidaridad, como ejemplarmente lo ha hecho la Unión Sindical Obrera – USO, histórico sindicato de los obreros petroleros con un paro de 24 horas en apoyo al paro campesino. Bulle la rebeldía a lo largo y ancho del país.

Nuevos contingentes de obreros se lanzan a la lucha: a los mineros discapacitados de Norte de Santander en la Plaza de Bolívar en Bogotá, se une la Asamblea Permanente de los trabajadores de la Universidad Nacional, y el paro de las madres comunitarias. Sigue firme la huelga de los obreros de la Drummond y los mineros artesanales. Se aprestan a sumarse a la lucha los pequeños y medianos comerciantes y camioneros. Se reactiva la movilización de los maestros. Se suma la juventud rebelde que combate en los barrios populares de Bogotá y vuelve a tomarse las calles en defensa de la educación pública... Avanza la generalización de la lucha y sigue madurando el gran combate del pueblo laborioso contra el Estado: la gran Huelga Política de Masas que abarque todo el país y ponga freno a los despropósitos de la burguesía, los terratenientes y los imperialistas, enemigos del pueblo colombiano. Es una fuerza social que brota de las profundas contradicciones de clase, imponiéndose por encima de las pretensiones conciliadoras de los politiqueros reformistas.

Es hora de hacer valer las reivindicaciones generales inmediatas del pueblo trabajador generalizando la Huelga Política de Masas, uniendo en un solo pliego las exigencias de obreros, campesinos, desplazados, maestros, estudiantes, viviendistas… Es hora de generalizar los Comités de Huelga o de Paro para decidir el curso de la lucha. La situación es magnífica para avanzar en fundir las ideas del comunismo y el programa socialista con el movimiento revolucionario de las masas, acercando el Congreso del Partido, necesario para dirigir los heroicos esfuerzos del pueblo trabajador en la perspectiva de la Revolución Socialista que resuelva de fondo y definitivamente los graves problemas de la sociedad colombiana.


Comité Ejecutivo

Unión Obrera Comunista (MLM)

Agosto 29 de 2013

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